El autoconsumo colectivo consiste en la generación de energía en una instalación fotovoltaica y su repartición entre usuarios (consumidores asociados) ubicados en las inmediaciones. Su filosofía es producir energía eléctrica de origen renovable para maximizar su autoconsumo desde una perspectiva colectiva donde la energía generada se reparte entre los participantes.
Actualmente, los polígonos industriales formados por PYMEs están apostando por este modelo de negocio para empresas que, por razones constructivas, económicas, etc. no puedan afrontar la inversión en una planta de autoconsumo individual. Por ello, se agrupan en un proyecto común para lograr la descarbonización, y a su vez, ahorrar.
Aunque la respuesta suele ser 25 años, un mantenimiento adecuado y revisiones ocasionales pueden asegurar una vida útil de hasta 35 años.
No obstante, debemos tener en cuenta que la vida útil se determina por el estado de las células fotovoltaicas y su velocidad de degradación, además de por supuesto por su correcto mantenimiento.
A pesar de su vida útil, a partir de los 20 años, su rendimiento bajará gradualmente y no se podrá garantizar su potencia máxima debido al desgaste de las células.
Desde el primer mes ya vas a apreciar el ahorro en tu factura de luz, y, al año podrás ahorrar entre un 30% y un 50%. Si te interesa saber cuanto puedes ahorrar tanto energéticamente como económicamente, puedes hacerlo mediante nuestro simulador fotovoltaico de Wattabit, sin compromiso y a tu aire.
 
Potencia nominal: Potencia del inversor. No se puede producir más de la que dicta su límite, es decir, la cantidad de energía en corriente continua que puede convertir el inversor en corriente alterna.
Potencia pico: es la potencia máxima que, en condiciones ideales, puede alcanzar la instalación. Su valor viene dado por multiplicar el número de paneles instalados por la potencia pico unitaria de cada panel. Cuantos más paneles haya, más posibilidades hay de cubrir el límite de potencia del inversor.
 
Es por esta razón que desde NVS diseñamos proyectos de autoconsumo fotovoltaico que cubran el 100% de capacidad del inversor.
Recuerda que a nivel legal la potencia de la instalación fotovoltaica se determina por el valor mínimo entre ambas potencias, nominal o pico.
Debemos desmentir de inmediato que cuando está nublado los paneles solares no generan electricidad. Pues sí, siguen funcionando, ya que las nubes no impiden a los rayos solares llegar a impactar contra los paneles. Evidentemente, la cantidad de energía que producirá la instalación en un día nublado será menor que la que producirá en un día despejado.
Como norma general la temperatura de celda influye negativamente a la producción fotovoltaica. Es decir, cuanta más temperatura tenga el panel, menor potencia de salida dará a razón de -0,35% por grado de temperatura que se incrementa. Para los paneles de uso industrial y residencial, la temperatura óptima de funcionamiento se sitúa en 25ºC.
La energía de más que generan tus placas solares se puede verter en la red eléctrica de distribución. Según el Real Decreto, dichos excedentes serán compensados económicamente a final de mes en tu factura de luz, siempre y cuando la instalación sea de hasta 100 kW nominales, ya que estarás devolviendo a la red energía que no consumes. Puedes negociar con tu comercializadora el precio de la energía vertida a red.
Para instalaciones de más de 100 kW nominales, es posible verter energía a la red y obtener un rédito económico, vendiéndola en el mercado libre. Esta fórmula es un poco más compleja que la compensación simplificada, ya que requiere de un representante en el mercado eléctrico y de dar de alta la empresa como empresa generadora de electricidad.
Existe también la posibilidad de utilizar un sistema electrónico llamado antivertido que impide que la energía se vierta a la red, limitando la producción fotovoltaica según el consumo.
 
Respuesta 
El inversor solar es el equipo encargado de convertir la corriente continua generada por la instalación fotovoltaica en corriente alterna y adecuarla a las condiciones de consumo del usuario. Es esencial su transformación para que se pueda verter en la instalación eléctrica de corriente alterna para su autoconsumo o vertido a red.
La célula solar fotovoltaica es el elemento clave del funcionamiento de las placas solares. Al fin y al cabo, las placas solares son la estructura, la cual está compuesta por dichas células fotovoltaicas. El proceso consiste en la transformación de la luz solar (energía solar) en electricidad en corriente continua, la cual deberá ser transformada por el inversor en corriente alterna para poder ser utilizada.
Las células solares son láminas delgadas de, por lo general, silicio cristalino dopado con otros elementos como el boro o el fósforo. Esta composición les confiere a las celdas la capacidad de transformar la energía solar en energía eléctrica. Al exponerse las células a radiación solar, los fotones (energía de la luz solar) pueden liberar electrones de los elementos que forman la celda y por consiguiente crear un flujo de energía eléctrica.
Existen dos tipos de paneles solares, es decir, que aprovechan la energía solar y su principal diferencia radica en su finalidad.
Paneles solares térmicos: se utilizan para obtener agua caliente sanitaria a través de la energía térmica.
Paneles solares fotovoltaicos: estos absorben dicha energía solar (gracias a su composición por silicio) y la convierten en electricidad.
Probablemente, y sin saberlo, ya dispondrás del espacio suficiente para poder instalar paneles fotovoltaicos para cubrir una parte importante de tu consumo. No obstante, esto dependerá de la actividad del edificio y la simultaneidad con la generación renovable.
Ten en cuenta que un panel solar mide 2 metros cuadrados aproximadamente, y para una casa media española, se necesitarían 6 paneles solares aproximadamente para lograr una cobertura importante sobre la demanda energética.